Glutatión: ¿Una Molécula Milagrosa?

por Dr. Javier Álvarez

En el campo de la nutrición todos están hablando cada vez más sobre el glutatión y su importancia para la salud y el bienestar de todos nosotros. Es que ya no se puede ignorar el impacto evidente de una alimentación saludable y su poder nutricional a nivel molecular y bioquímico en nuestro cuerpo. Hay demasiada evidencia científica que indica que muchas de las enfermedades degenerativas que le achacamos a la vejez o a la genética, como si se tratara de golpes nefastos del destino, son en realidad causadas principalmente por trastornos de procesos metabólicos.

Es por esto que el conocimiento sobre la influencia mutua de los ciclos funcionales y metabólicos de nuestro cuerpo desempeña un papel fundamental en la comprensión del efecto de los micronutrientes respecto a nuestra salud.

Es precisamente en este contexto que el glutatión juega un papel protagónico.

 

¿Qué es el glutatión?

El glutatión es una molécula compuesta por tres aminoácidos que se encuentra virtualmente en todas las células de nuestro cuerpo. Es sintetizado en el interior de las células en base al ácido glutámico, la glicina y la cisteína. Este último aminoácido, la cisteína, es considerado como el precursor más importante, porque proporciona el grupo sulfhidrilo (SH) para el glutatión. A la cisteína también se le conoce como el factor limitante de la síntesis de glutatión, porque es difícil obtenerla en su forma bioactiva, es decir, en la forma más eficaz y útil para el organismo. Porque es precisamente en esta forma específica que puede ser transportada hasta el interior de las células, donde ocurre la síntesis del glutatión.

¿Por qué se da esta complicación con la cisteína? Existen al menos cuatro factores que contestan esta pregunta. 

1ro: la cisteína no es resistente al calor, es decir, es muy termolábil.

2do: está ausente o escasea en muchos platos comunes de nuestra sociedad occidental moderna. 

3ro: la mayor parte de la cisteína ingerida no sobrevive el viaje a través del tracto digestivo. 

Y, 4to: debe ir incorporada a una molécula o proteína de mayor tamaño para que pueda ser transportada con la debida protección y, así, poder ser absorbida por la célula de forma natural.

 

¿Por qué es importante? ¿Cuál es la ciencia detrás del glutatión?

El glutatión tiene muchas funciones básicas en el metabolismo humano que repercuten de diferentes maneras. Me gustaría destacar aquí sólo las cuatro que considero las más importantes. 

La 1ra: el glutatión refuerza y regula el sistema inmunológico. 

La 2da: juega un papel protagónico en los mecanismos de desintoxicación del cuerpo: ¡por eso no es de extrañar que se encuentre una mayor concentración de glutatión en el hígado y en los riñones, que son precisamente los órganos de nuestro cuerpo especializados en la desintoxicación! 

La 3ra: el glutatión está involucrado en la producción de la energía celular, de la molécula llamada ATP. 

Y la 4ta: el glutatión actúa él mismo como antioxidante, es decir, como neutralizador de radicales, y a la misma vez reactiva otros antioxidantes – como la vitamina C y la vitamina E.

 

¿Cuál es el problema?

Sin embargo, el problema con el glutatión es que sus niveles disminuyen con la edad. Como si fuera poco, también se reduce aún más por otros factores externos como el estrés social, la contaminación ambiental y la mala alimentación, y por factores internos como el estrés oxidativo, así como diversos trastornos metabólicos como los causados por medicamentos y fármacos.

 

¿Hay solución?

La buena noticia es que podemos hacer algo para contrarrestar este problema. ¿Qué se puede hacer al respecto? Podemos aumentar los niveles de glutatión cambiando nuestra alimentación y complementándola con nutrientes. De esta manera es posible mantener y aumentar los niveles de glutatión e influir positivamente en nuestra salud, previniendo o incluso revirtiendo enfermedades crónicas y degenerativas como la presión alta o hipertensión, el infarto, derrames cerebrales, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso la impotencia o disfunción eréctil, entre otras.

 

La estrategia adecuada

¿Cómo podemos aumentar o mantener buenos niveles de glutatión en concreto? Hay dos maneras para lograr esto. 

La 1ra estriba en evitar aquellos factores que provocan la disminución nociva de los niveles de glutatión. 

La 2da radica en proveerle al cuerpo los nutrientes básicos que les permitan a nuestras células producir en su interior el glutatión que éste necesita.

¿Cómo frenamos, entonces, la disminución de glutatión? Pues bien, eliminando todo aquello que fomente el estrés oxidativo. En el caso de la alimentación, hay que eliminar toda comida altamente elaborada como lo son los embutidos, las salchichas, los hotdogs, los jamones, el salami, etc. Hay que reducir las carnes, sobre todo las rojas, y evitar todo tipo de pescado contaminado, por ejemplo, con mercurio. También es importante reducir consideradamente comestibles que promueven procesos inflamatorios subyacentes, como lo hacen los productos lácteos.

¿Cómo podemos elevar los niveles de glutatión? Pues bien, procurando una alimentación completa y óptima que le provea al cuerpo todos los nutrientes esenciales y necesarios para regenerarse, mantenerse saludable e incluso sanarse a sí mismo. Para esto es importante enfocarse en una alimentación con un alto contenido de vegetales variados. Las frutas y las legumbres no pueden faltar. Específicamente alimentos que proveen el precursor más importante y biodisponible para producir glutatión: legumbres como las habas de lima o habichuelas verdes, las lentejas, la soja o el maní; productos de cereales como la pasta y, sobre todo, la avena en hojuelas; frutos secos como las almendras y los anacardos o cashews; verduras como la espinaca, la col lombarda y la col rizada (kale); sin dejar de mencionar la cebolla, el ajo y el brócoli.

 

¿Hay suplementos que ayuden?

La complementación de una buena alimentación con suplementos también es muy importante. ¿Sabías que actualmente existe en el mercado sólo dos productos científicamente comprobados que ayudan a elevar efectivamente los niveles de glutatión en el cuerpo? El 1ro es un suplemento 100% natural, su efectividad está mejor comprobada por estudios científicos y no causa ningún tipo de efectos secundarios. El 2do es un fármaco, es decir, es sintético y causa efectos secundarios. Por razones obvias, yo recomiendo el primero que es 100 % natural. Se trata de un aislado patentizado de cinco proteínas fundamentales que contienen todos los aminoácidos esenciales, incluyendo el precursor del glutatión en su forma más efectiva y segura.

 

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Nota del Autor:

El suplemento que yo recomiendo (¡sobre todo por los numerosos estudios científicos que comprueban su efectividad!) es Immunocal® de la compañía de biotecnología Immunotec Research Inc. Si usted accesa por el siguiente enlace, además de recibir de un 10% a un 25% de descuento, estará apoyando directamente mi trabajo de orientación nutricional que ofrezco de forma gratuita en los diferentes medios sociales:

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Dr. J. Á.

El Efecto Yoyo: ¿Por qué fracasan las Dietas de Reducción de Peso?

por Dr. Javier Álvarez

Seguramente usted sabe de alguien que se propuso bajar de peso con alguna dieta de moda. Que si la dieta de la papa, la low carb (baja en carbohidratos) o incluso la keto (cetogénica). Y en efecto, habrá perdido algunas libras. Pero al cabo de algún tiempo volvió a encontrarse con tal persona, teniendo que tragar fuerte por la desilusión de verla de nuevo como antes de la susodicha dieta milagrosa. 

Todas las dietas ayudan a rebajar en un principio, pero prácticamente ninguna es efectiva a largo plazo. ¿Dónde está el problema? El problema es que todas fomentan el efecto de rebote, también conocido como el efecto yoyo.

El efecto yoyo es resultado del mecanismo evolutivo del homo sapiens moderno que le garantizó en su momento su supervivencia en prehistóricas épocas de escasez de alimentos. En tiempos remotos de hambruna este mecanismo significó una ventaja evolutiva; en nuestros tiempos de sobrealimentación, sin embargo, parece ser una gran desventaja, si no somos conscientes del proceso envuelto aquí. ¿Qué es, entonces, lo que causa el efecto negativo?

Si la ingesta diaria de energía se restringe demasiado, el cuerpo envía la señal de “escasez alimentaria” o “hambruna” al poco tiempo, lo que provoca una disminución de la tasa metabólica basal y, por lo tanto, de la necesidad total de energía diaria. En consecuencia, el organismo se adapta a la escasez de alimentos y cambia a un modo económico de metabolización.

Como el consumo de energía se ha reducido a un nivel mucho más bajo de lo normal, la pérdida de peso inicial alcanzada con dietas hipocalóricas (estrictamente bajas en calorías) se detiene o se ralentiza al cabo de un tiempo, a pesar de (o precisamente debido a) la restricción del consumo de calorías.

El resultado es que a pesar de comer poco, apenas se pierde peso. La dieta comienza a dar resultados inefectivos. Al finalizar la dieta y reanudarse una alimentación descontrolada, el organismo tarda bastante en normalizar su metabolismo, es decir, la tasa metabólica basal vuelve a aumentar con un retraso considerable. 

Esto provoca un rápido aumento de peso durante este tiempo de ajuste metabólico retrasado. Entonces, las libras perdidas anteriormente se recuperan con relativa facilidad y rapidez. Lo que tenemos como resultado es el efecto yoyo. Por eso no es nada raro que el peso corporal al final de una dieta estricta sea incluso superior al peso inicial antes de la misma. El yoyo lanzado inicialmente – continuando con la metáfora del fenómeno descrito – regresa a su vuelta con mayor masa y volumen.

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